El estrés, la depresión y la mayoria de esos desequilibrios psicologicos que aquejan a una parte importante de nuestra sociedad, suelen tener unas causas complejas, pero entre todas esas causas, destaca una como muy importante o, incluso, como la determinante y es la falta de un sentido en la vida.
Por supuesto no se puede simplificar ya que tras ese tipo de desequilibrios psiquicos y personales (como son el estrés y la depresión) hay una compleja trama de causas y efectos combinados que nos llevan a esa situación de postración y sufrimiento. Y precisamente por esa complejidad de causas y efectos es por lo que es imprescindible en la mayoria de los casos la ayuda de un profesional, un psicologo, que nos ayude a desenrredar esa madeja caotica.
Pero, a pesar de esa complejidad de causas y efectos enlazados, la falta de sentido en la vida, la ausencia de unos objetivos claros y distintos en nuestra vida, en la inmensa mayoria de los casos es la razón fundamental de todos nuestros males psicologicos, y espresialmente de la depresión y el estrés.
El ejemplo de un trabajo poco gratificante
Por ejemplo, para muchas personas, quizas para una mayoria, su trabajo es la parte oscura de su vida, allí donde continuamente sufren y maldicen entre dientes. Y el problema es que no sólo ese trabajo no le motiva , sino que el unico motivo para hacerlo es el dinero. Por lo demás un dinero escaso para su nivel de gastos y que solo le permite endeudarse cada vez más. Porque evidentemente si no les gusta su trabajo, lo haran mal y dificilmente tendrán ningun tipo de promoción profesional. Y en esas condiciones su trabajo se convierte en un autentico suifrimiento, día tras dias.
¿Cómo puede superar esa situación? Una persona en esa situación tiene dos opciones para superarla:
a) O empiza a interesarse en su trabajo, a aprender, e incluso intenta llegar a ser el mejor en lo que hace; y por ese camino se plantea realizar una carrera profesional en la que sea ascendido por sus meritos.
b) O se plantea cambiar de trabajo, y para eso se da un plazo para encontrar otra cosa, y mientra tanto usa su actual trabajo como mero medio para ese cambio.
Es decir, solo superará su situación cuando empiece a dar sentido a su actividad. Y es que los objetivos a corto, medio y largo plazo son como luces que llenan nuestra vida de sentido y de plenitud; una plenitud que no nace tanto porque se alcance esos objetivos, sino que nace de hacer de nuestros actos medios para alcanzarlos.
Los dos viajeros
Imaginemos dos viajeros. Los dos recorren un mismo largo y dificil camino. Los dos deben esforzarse igual para atravesar un paisaje lleno de dificultades. Pero, el primero hace su viaje bajo la presión de un perseguidor que quiere acabar con su vida: no viaja, escapa de su perseguidor, sabiendo que en cualquier desfallecimiento o debilidad su perseguidor le alcanzará y lo matará; y bajo esa angustiosa seguridad es que realiza su camino.
En cambio el segundo viajero hace su camino para llegar a un sitio donde le espera un tesoro, lo más valioso que desde su punto de vista se puede alcanzar; quizas es una habitación de llena de joyas que le hará inmensamente rico; o tal vez es su amada a la que por fin se podrá unir para no dejarla mas, o tal vez es la fama y el reconocimiento de todos… En cualquier caso su viaje es gozoso y feliz pues cada paso le acerca un poco más a la unica cosa que su corazón ansia.
Los dos viajeros recorren el mismo camino, pero para uno es un infierno de angustia, dolor y sufrimiento, miouientras que para el otro es felicidad y gozo. El camino es el mismo, la manera de afrontarlo, no. Y esta historia no es peculiar de los dos viajero: todos podemos convertir el viaje de nuestra vida en una feliz fiesta o en una agonia de tinieblas y sufrimiento. Y lo mejor de todo: somos nosotros los que elegimos.
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